¿Qué sería de este mundo si no fuera por los emprendedores? Este “tipo” de ser humano tiene un rol fundamental en el avance del mundo y prácticamente todo lo que conocemos de más avanzado en la actualidad tiene, como mínimo, el toque de un emprendedor. Es por eso que se los estudia, admira, imita y que sirven de inspiración para generaciones y más generaciones.
Fue en el siglo XX, especialmente en las últimas dos décadas caracterizadas por la explosión del avance tecnológico, que los emprendedores ganaron aún más notoriedad por hechos que transformaron la sociedad en el ámbito global. La lista de los que provienen de la tecnología es gigante y está encabezada por nombres que se han convertido en íconos del espíritu emprendedor, como Steve Jobs, Bill Gates y Larry Page. Ellos marcaron toda una generación e inauguraron lo que se pasó a conocer como “emprendedorismo de garaje”, cuando, desde el garaje de sus casas, crearon innovaciones disruptivas y transformaron el mundo.
Debido al impacto causado y al avance tecnológico que los emprendedores aportaron, el siglo XXI se inició con una explosión de innovaciones provenientes de todos los rincones del mundo. Miles de incubadoras y aceleradoras – que son fábricas de empresas de tecnología – se instalaron en todos los continentes, y millones de jóvenes emprendedores iniciaron sus jornadas para transformar el mundo y convertirse en el próximo Steve Jobs. Como consecuencia, surgieron empresas increíbles que todos conocemos hoy y de cuyas soluciones disfrutamos, como por ejemplo, Uber, Netflix, Airbnb, Amazon, Facebook, Instagram, Tesla, etc. En fin, no hay duda que los emprendedores son diferentes, son visionarios y provocan transformaciones increíbles; debido a todo est son cada vez más reconocidos y admirados.
Pero sobre lo que me gustaría llamar la atención y traer luz en este artículo, es hacia otro tipo de emprendedor que considero tan importante e impactante como los citados anteriormente. Me refiero a un tipo muy especial de emprendedor: el intraemprendedor. Si se va a fondo y se trata de conocer la historia en detalles (el famoso making of de cómo se construyeron las cosas), puede estar seguro de que se sorprenderá y verá que el punto en común de todos los negocios exitosos es que, al lado de los grandes emprendedores estaban las figuras firmes y constantes de los intraemprendedores.
Siento una gran admiración por esas personas porque ponen todo su talento y su garra para lograr alcanzar el propósito que plantea otra persona. Se identifican con un determinado emprendimiento y se lanzan a él como si de ellas hubiera nacido la idea original, contribuyendo con nuevas ideas y trabajando con tanto ahinco como quien creó el emprendimiento. Son personas totalmente confiables, fieles, responsables, talentosas y que dedican lo mejor para que el propósito de un negocio alcance su objetivo. En el momento del triunfo (cuando un negocio prospera, alcanza su objetivo, es reconocido por la sociedad, gana premios por sus méritos) generalmente el intraemprendedor está allí entre el público, aplaudiendo el discurso del emprendedor, de su líder, extremadamente satisfecho por formar parte del logro.
No consigo recordar un emprendimiento de éxito que haya sido construido solamente por un emprendedor. Como sabemos, nadie hace nada solo. Aquellos que popularmente llamamos “brazo derecho”, los intraemprendedores, son fundamentales para cualquier emprendimiento exitoso. A esta altura del artículo imagino que probablemente ya han pasado por su mente varios nombres que componen la lista de intraemprendedores de su negocio. De la misma forma, si usted es un intraemprendedor, ¡enorgullézcase de ello! Tiene un papel fundamental y es un protagonista dondequiera que esté.
Fuente:
Artículo de Everton Gubert, CEO de Agriness, para su columna “Punto de Partida” en la Revista Feed&Food. Publicado en la edición de enero de 2019.